EN EL RECUERDO JORGE SOBRAL

 

JORGE SOBRAL




No fue “poco antes de que den las seis”, la que nos roba habitualmente los seres queridos, y puntualmente nuestro futuro personal, se retrasó. Pero minutos después, a las seis y cuarto de una mañana de abril del año 2005 llegó la Parca (de ella hablábamos), y él la esperaba sereno en la cama del sanatorio.

No podemos definir si era mejor ser humano que artista, tan parejo en ambas virtudes, tan sobrio, tan completo.

A Jorge Sobral lo lloró su ciudad natal: La Plata, su último barrio: Villa Maipú, en San Martín, Buenos Aires, y todos sus seguidores del país y del mundo.

Edelmiro Sobredo, tal su nombre verdadero, nació el 25 de agosto de 1931, debutó a los ocho años con la orquesta de su maestro Fermín Valentín Favero: la Orquesta Infantil Favero, luego integraría las de Jorge Lavaller, el conjunto “Los Ases” y la de Forti-Parodi, donde compartía cartel con los cantores Luis Tolosa y Juan Carlos Cobos.

Luego, en 1952, integró la formación de Mario Demarco, grabando “Mañana zarpa un barco”, “Pan” de Celedonio Flores y “Astilla” del propio Demarco y Jacinto Alí, su registro de bajo barítono lo distinguía del resto.

Integró, también, la orquesta dirigida por Lorenzo Barbero en 1953 y en 1954 actuó con Mariano Mores.

Al siguiente año se incorporó a la formación de cuerdas de Astor Piazzolla, dejando varios registros: “Azabache”, “Siempre París” “Yo soy el negro”, “La tarde del adiós” y “Fuimos”.

¿Quién no recuerda su participación en “Yo soy porteño” en televisión, el ciclo que dirigió David Stivel y que se mantuvo varios años en Canal 13?

En cine actuó en diez largometrajes, comenzando en 1959 con “El dinero de Dios”. Ese mismo año integró la compañía teatral dirigida por el actor Francisco Petrone, participando en la obra “La leyenda de Juan Moreira”, en cine también participó en “Don Frutos Gómez” y “Buenas noches Buenos Aires”.

Realizó giras por países latinoamericanos con gran éxito. También participó del “Festival de Tango en el Mar”, en Porto Alegre, Brasil.

Tuvo una gran repercusión su espectáculo “Una noche en Buenos Aires”, con su dirección y la participación del Sexteto Mayor, que presentó en una gira por todo el país.

Grabó en 1993 con el maestro Andrés Pedro Risso, interpretando el rol de Juan Perón en la ópera “Evita” del mencionado compositor.

En 1995 se presentó en una temporada completa en el teatro “On the Square”, de San Francisco junto a la cantante Marcela Ríos y los bailarines Mayoral y Elsa María.

En el año 2000 se presentó en la ciudad de Murcia, España, en el marco del “Festival de Tango de Alcantarillas”. En Madrid grabó con el maestro Dioni Velázquez.

Grabó más de trescientos temas, pero, además de la cantidad, la calidad de los títulos nos demuestra su exigente forma de elegir el repertorio.

Pasó mucho tiempo desde aquel día cuando ganó el Festival de la Canción en 1965, también fue ganador del Primer Festival Buenos Aires de la Canción y la Danza en 1969 con el tango “Hasta el último tren”, música de Julio Ahumada y letra de Camilloni, histórico triunfo ya que “Balada para un loco” de Piazzolla y Ferrer obtuvo esa noche el segundo puesto. Fue finalista en el “Festival de Benidorm”, en Valencia, España, y ganó el Disco de oro (1968) en Caracas, Venezuela.

También obtuvo el premio “Florencio Sánchez” a la dirección de espectáculos musicales.

Siempre su buen humor, su elegancia, su pañuelo al cuello y su respeto por los grandes autores.

En su último trabajo discográfico concluido poco antes de su fallecimiento en el año 2005: “Tangos en plenitud”, con acompañamiento y arreglos del guitarrista Daniel Gianotti , desde el primer tema  Y me hice viejo”, siguiendo por “Amurado”, la versión de “La locura y la paz”, ese vals increíble de Osvaldo Tarantino y Juanca Tavera. El registro en vivo de parte de su último espectáculo “La Tanguería”.

Completan ese disco un tango de Gogo Andreu “Tanto pero tanto” y un clásico de Zitarrosa: “Milonga para una niña”.Y para cerrar, un poema de Carlos Riveiro : “Carta a mi ciudad” en donde con su inconfundible voz y oficio glosa: -….. “cuando unos pocos se enteren que he partido”.

Estaba equivocado, somos muchos los que estamos contrariados con su partida, pero pensándolo bien, este tipo de artistas no se van, dejan de habitar en un lugar de la ciudad y  mudan su domicilio a la memoria de los afectos, que suele instalarse cerca de nuestros corazones.


ALBERTO DI NARDO

 

 

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